martes, 3 de junio de 2008

Roberto Bolaño


En aquel tiempo yo tenía veinte años
y estaba loco.
Había perdido un país
pero había ganado un sueño.
Y si tenía ese sueño
lo demás no importaba.
Ni trabajar ni rezar
ni estudiar en la madrugada
junto a los perros románticos.
Y el sueño vivía en el espacio de mi espíritu.
Una habitación de madera,
en penumbras,
en uno de los pulmones del trópico.
Y a veces me volvía dentro de mí
y visitaba el sueño: estatua eternizada
en pensamientos líquidos,
un gusano blanco retorciéndose
en el amor.
Un amor desbocado.
Un sueño dentro de otro sueño.
Y la pesadilla me decía: crecerás.
Dejarás atrás las imágenes del dolor y del laberinto
y olvidarás.
Pero en aquel tiempo crecer hubiera sido un crimen.
Estoy aquí, dije, con los perros románticos
Y aquí me voy a quedar.

3 comentarios:

gonzalo:T.F. dijo...

LUNA GRACIAS POR TANTAS HORAS QUE ME REGALAS
SIEMPRE PASE LO QUE PASE TE TENDRE MUY MUY DENTRO
QUE LO SEPAS
QUE SE TE QUIERE
"DONDE ESTEMOS MAÑANA SIEMPRE NOS ENCONTRAREMOS JUNTO A LOS PERROS ROMANTICOS"

Luna dijo...

Gracias a ti Gonza, por estar siempre ahí, y compartir mis bajones igual que mi risa loca.

Se te quiere una jartá.
La lunasa.

Luna dijo...

Ah! y gracias por volverme a regalar tu mar, ése que siempre pido y tanto echo de menos.(Tengo mono de mar)
Un abrazote grande grande.

Con cariño gonzalo tenerife